Hoy, en esta libreta y con este boli, escribo:
Con un conjunto de palabras que parecen más a un alambre de espinos que a letras, palabras, frases o párrafos, digo que….
Mis palabras al igual que el alambre de espinos, pinchan.
Mis textos al igual que el alambre de espinos, rasgan y con ellas sangras.
Me pinchan, me rasgan y soy yo el que sangro.
Dejo de escribir…no, soy masoca….si.
Dejaré de escribir el dia en el que mis letras, palabras, frases o parágrafos, pasen de parecerse a un encefalograma con vida a un plano, a la línea continua y eterna de la nada.